Empresas Colombianas Demasiadas “Astutas”
Las empresas Colombianas, al igual que muchas en America Latina, llevan muchos años navegando en ambientes volátiles con cambios de regulación constante, dificultades de en términos de seguridad, mercados pequeños, impuestos altos y otros retos. Adicionalmente, los clientes, con algunas excepciones, miden ofertas de mercado desproporcionalmente usando una variable: el precio de entrada de una solución (en vez del precio en relación al valor que recibirán).
Lo que es irónico es que países como EEUU cada día se están pareciendo mas a este tipo de ambiente. Sin embargo, para las empresas de un país como EEUU, este tipo de ambiente crea una crisis profunda dentro de ellas (opuesto a empresas en mercados emergentes donde esta siempre ha sido la realidad). Esto significa, entre otras cosas, que mas y mas empresas en America Latina y en Colombia, deberán considerar entrar a mercados mas grandes y desarrollados con esta nueva dinámica (volatilidad mas pronunciada).
Sin embargo, hoy no quiero hablar sobre esa oportunidad (ese tema lo tocaré en el futuro). Quiero hablar sobre la oportunidad en su mercado nativo (Colombia o America Latina). Me da mucha curiosidad el hecho que hay empresas que, aunque tienen un grado de éxito, no van mas allá de este éxito y aprovechen herramientas digitales que los permitiría competir de una forma mucho mas efectiva.
He indagado mucho sobre el tema de porque las empresas en Colombia no aprovechan mas las herramientas de competencia que tienen a su disposición. Una respuesta que he obtenido es que son tan enfocadas en el precio inicial de una solución tecnológica que sus proveedores son recompensados si estos ofrecen la solución al denominador mas bajo (least common denominator). En otras palabras, una solución básica pero también “barata.” Como mencioné, a veces está si es la mejor filosofía pero mi pregunta es que no será que algunas organizaciones se adhieren a esta cuando una vision de mas largo plazo traería mucho mas beneficios?
La filosofía que escucho mucho acá es “bueno, bonito y barato” y esta filosofía tiene mucho atractivo y es la filosofía apropiada para muchas situaciones. Sin embargo, lo que es “recursivo” en algunas situaciones, es ser miope de visión en otras situaciones y lo que yo llamaría ser demasiado “astuto.” Aunque estas filosofías de administración son un mantra que veo aceptado como ley, veo caso tras caso de las pocas organizaciones que rompen este mantra (en las situaciones indicadas), tienen una visión mas amplia (e inteligente en mi opinión) y son extremadamente exitosas y rentables. Por eso hay casos extraordinarios de organizaciones en Colombia que ha surgido a traves de la excelencia (por el hecho que muchos de sus competidores no se arriesgan a hacer las inversiones necesarias). Esto sucede en todo el mundo pero veo algo mas pronunciado (el contraste es mas notorio) acá.
En términos de la adopción de herramientas digitales para competir a través de la innovación digital, he escuchado otras razones que las empresas dejan todas estas oportunidades y todo ese “dinero en la mesa”. Estas razones incluyen la gran aversión al riesgo (por el contexto de mercado que hablábamos), un tema generacional de la dirección de las empresas y otros. Por esta razón, veo que varios proveedores de soluciones dispuestos a invertir en las personas y tecnologias necesarias para ofrecer servicios y productos de talla mundial deciden mirar mas allá que Colombia muchas veces porque aquí es mas valorado los basico que funciona (“bueno, bonito y barato”).
En vez de lamentar esta situación, creo que es una gran oportunidad para mi y proveedores que puedan acompañar a las organizaciones en su búsqueda por mejores formas de competir y diferenciarse en el mercado. Mientras el resto de las organizaciones siguen siendo “astutas” podremos trabajar con la minoría que ve ese juego de la “astucia” como causa perdida y están mas interesadas en ofrecer mayor valor en el mercado y ser compensadas por esto. Definitivamente, el costo inicial de una oferta es importante pero me parece que a veces les convendría a las organizaciones darle igual peso al costo de las oportunidades perdidas.